Nombre: Lluerna
Teléfono: 933.910.820
Horario: Martes a Sábado de 13:00 a 15:30 y 21:00 a 23:00
Posiblemente quien llegue aquí busque una opinión o reseña del restaurante que ocupamos en este post. Y si, lo valoraremos, pero también será un alegato a lo que pensamos de las famosas estrellas Michelín, y por simbiosis, de una gran cantidad de páginas webs que otorgan merecimientos, o certificados de excelencia.
Obviamente este preámbulo viene por que el restaurante a día de nuestra visita mantiene una estrella Michelín otorgada ininterrumpidamente desde el año 2013. Y eso viste mucho sobre todo cuando era nuestra primera visita a un restaurante galardonado con esta distinción. Ademas el chef había tenido algún tipo de relación profesional con el mítico "El Bulli" de Ferran Adria. Como no, las expectativas son elevadas una vez conseguimos mesa, en esta ocasión para cuatro personas, con un plazo creo recordar de mas de un mes hasta conseguir la preciada mesa libre. Así que ya tenemos todo, la estrella, el Bulli relacionado con el restaurante, y una larga lista de espera lo que denota que el restaurante despierta mucho interés.
Y llego el día. El local no es muy grande, o mejor dicho, no disponen de muchas mesas. No las contamos, pero en total deben de ofrecer como mucho servicio para entre 20 o 30 comensales. Las mesas son amplias y separadas unas de otras. Decorativamente es minimalista, sobrio, nada que objetar si consiguen que la comida te traslade. Enfatizar la estrechez del cuarto de baño, incomodísimo y nada acorde con el lugar.
Una vez sentados, nos decantamos por su menú Presentación. Disponen de uno Degustación, mas económico, y del menú Lluerna, mas caro que simplemente se diferencian entre ellos mayoritariamente por el número de platos que sirven ya que entre menús se repiten bastantes.
Para beber nos dejamos aconsejar por la sommelier, quien nos recomendó un rioja Tentenublo blanco para acompañar la comida, y ciertamente nos gustó. Nos pareció una buena recomendación.
Pero llegamos a lo importante. La comida. El menú Presentación enumerando sus platos consistió en:
-Mojito solido
-Oliva Gordal rellena de Campari con naranja
-Espuma de bacalao con miel
-Pepino, jurel marinado y piparra
-Guisantes del Maresme con jugo de sus vainas
-Arroz de gambas de playa
-Pescado de playa (rodaballo), verduras de temporada y aceitunas
-Paletilla de cochinillo ibérico marinada y ensalada de anisados
-Cremoso de queso de cabra, yogurt, remolacha y frambuesa
-Coulant de avellana, albaricoque y maracuyá
-Coca de chicharrones
-Chupito de infusión de canela con brandy
-Bombón de mojito
Antes de los postres, pero no incluido en el precio, te ofrecen quesos, que optamos por no probar.
Sin hacer mucho hincapíe en los detalles, y a modo resumido sobre lo que comimos, nos decepcionó bastante. Comida con falta de sal en algún plato, repetición de la misma idea y producto (exceso bacalao, vinagres y ácidos en varios platos). Tal vez su intención era buscar el sentido, pero cuando varios platos parecen repetir la misma fórmula, rompen la idea de lo que debería ser un menú "degustación" donde el contraste debe estar también entre los platos, cosa que no ocurre aquí. Mencionar que el producto, la materia prima se nota que es de buena calidad. Sobre el tipo de cocina, decir que buscan platos clásicos con un toque de originalidad y modernidad que consiga sorprender, pero por desgracia la sorpresa va decayendo para casi acabar en frustración. Los dos primeros entrantes no nos deslumbraron, los seis platos principales, fueron de mas a menos sobre todo los cinco primeros que adolecen de esa repetición de sabores. Y los postres, tampoco deslumbraron. Finalizamos con unos cafés bastante buenos.
Así que una vez finalizamos la comida, con esa sensación de que algo no estaba bien, es el momento de la reflexión, y no refiriéndonos al restaurante, ya que todo es opinable, y nuestra opinión es clara respecto al Lluerna, sino a qué se entiende por bueno, por malo, por exitoso en este complejo mundo de la restauración.
Michelin, TripAdvisor, Guía Repsol, etc..., las personas tomamos referentes ante lo desconocido. Imagino que muchos de los aficionados a esto de probar restaurantes encuentran locales por las referencias de terceros. Te lo puede recomendar un amigo, un compañero de trabajo, o dejarte llevar por "críticos contrastados" o webs supuestamente democráticas como Trip Advisor. Y en esta vorágine que supone el éxito de un local, desgraciadamente a veces no solo es un trabajo artesanal de ofrecer lo que sabes hacer, sino hacer creer que lo que sabes hacer es mejor que lo del otro y aprovechar que un posible cliente no dispone de vidas infinitas para visitar todo restaurante ubicado en el planeta Tierra. Y ahí nacen los galardones y premios endogámicos, las estrellas apagadas, los críticos snobs y los amigos bienintencionado con gustos pésimos a los que hicimos caso para después llevarnos una gran chasco.
Y la estrella Michelin es un ejemplo. Seguimos con interés cada año a los premiados, que reciben a nuestro entender el premio no a los mejores restaurantes, sino el premio a los restaurantes que mas gente querrá visitar desde ese día en proporción a la cantidad de estrellas recibidas. Creo que ninguno de los que vamos a comer a estos restaurantes premiados conocemos a quienes lo decidieron, ni cual es el criterio global capaz de unificar tan preciado galardón. Como ejemplo, el Lluerna tiene el mismo premio que este restaurante barato de Hong-Kong, Tim Ho Wan, y sin demeritarlo, es difícil entender que tiene uno que ver con el otro, o sea, que base homogénea hay para otorgarles una paridad de un supuesto criterio unificado. Y en caso que la elección sea claramente subjetiva, ¿porque debemos fiarnos de este criterio y no otro?. Y esa subjetividad, ¿es honesta?.
No es nuestra intención hacer de oráculo, sino mas bien autorreforzar nuestra independencia y recordar que elegir referentes también es un arte que hay que aprender desde un primigenio criterio propio. Cada quien escogerá los suyos, creará sus propios "premios" y su lista top que servirá de referencia a otros que creerán que estás en lo cierto, o que no tienes ni idea. En nuestra lista Top, no esta el Lluerna, y por supuesto no se llevará ningún Degustón de Oro.
A favor:
Obviamente este preámbulo viene por que el restaurante a día de nuestra visita mantiene una estrella Michelín otorgada ininterrumpidamente desde el año 2013. Y eso viste mucho sobre todo cuando era nuestra primera visita a un restaurante galardonado con esta distinción. Ademas el chef había tenido algún tipo de relación profesional con el mítico "El Bulli" de Ferran Adria. Como no, las expectativas son elevadas una vez conseguimos mesa, en esta ocasión para cuatro personas, con un plazo creo recordar de mas de un mes hasta conseguir la preciada mesa libre. Así que ya tenemos todo, la estrella, el Bulli relacionado con el restaurante, y una larga lista de espera lo que denota que el restaurante despierta mucho interés.
Y llego el día. El local no es muy grande, o mejor dicho, no disponen de muchas mesas. No las contamos, pero en total deben de ofrecer como mucho servicio para entre 20 o 30 comensales. Las mesas son amplias y separadas unas de otras. Decorativamente es minimalista, sobrio, nada que objetar si consiguen que la comida te traslade. Enfatizar la estrechez del cuarto de baño, incomodísimo y nada acorde con el lugar.
Una vez sentados, nos decantamos por su menú Presentación. Disponen de uno Degustación, mas económico, y del menú Lluerna, mas caro que simplemente se diferencian entre ellos mayoritariamente por el número de platos que sirven ya que entre menús se repiten bastantes.
Para beber nos dejamos aconsejar por la sommelier, quien nos recomendó un rioja Tentenublo blanco para acompañar la comida, y ciertamente nos gustó. Nos pareció una buena recomendación.
Pero llegamos a lo importante. La comida. El menú Presentación enumerando sus platos consistió en:
-Mojito solido
-Oliva Gordal rellena de Campari con naranja
-Espuma de bacalao con miel
-Pepino, jurel marinado y piparra
-Guisantes del Maresme con jugo de sus vainas
-Arroz de gambas de playa
-Pescado de playa (rodaballo), verduras de temporada y aceitunas
-Paletilla de cochinillo ibérico marinada y ensalada de anisados
-Cremoso de queso de cabra, yogurt, remolacha y frambuesa
-Coulant de avellana, albaricoque y maracuyá
-Coca de chicharrones
-Chupito de infusión de canela con brandy
-Bombón de mojito
Antes de los postres, pero no incluido en el precio, te ofrecen quesos, que optamos por no probar.
Sin hacer mucho hincapíe en los detalles, y a modo resumido sobre lo que comimos, nos decepcionó bastante. Comida con falta de sal en algún plato, repetición de la misma idea y producto (exceso bacalao, vinagres y ácidos en varios platos). Tal vez su intención era buscar el sentido, pero cuando varios platos parecen repetir la misma fórmula, rompen la idea de lo que debería ser un menú "degustación" donde el contraste debe estar también entre los platos, cosa que no ocurre aquí. Mencionar que el producto, la materia prima se nota que es de buena calidad. Sobre el tipo de cocina, decir que buscan platos clásicos con un toque de originalidad y modernidad que consiga sorprender, pero por desgracia la sorpresa va decayendo para casi acabar en frustración. Los dos primeros entrantes no nos deslumbraron, los seis platos principales, fueron de mas a menos sobre todo los cinco primeros que adolecen de esa repetición de sabores. Y los postres, tampoco deslumbraron. Finalizamos con unos cafés bastante buenos.
Así que una vez finalizamos la comida, con esa sensación de que algo no estaba bien, es el momento de la reflexión, y no refiriéndonos al restaurante, ya que todo es opinable, y nuestra opinión es clara respecto al Lluerna, sino a qué se entiende por bueno, por malo, por exitoso en este complejo mundo de la restauración.
Michelin, TripAdvisor, Guía Repsol, etc..., las personas tomamos referentes ante lo desconocido. Imagino que muchos de los aficionados a esto de probar restaurantes encuentran locales por las referencias de terceros. Te lo puede recomendar un amigo, un compañero de trabajo, o dejarte llevar por "críticos contrastados" o webs supuestamente democráticas como Trip Advisor. Y en esta vorágine que supone el éxito de un local, desgraciadamente a veces no solo es un trabajo artesanal de ofrecer lo que sabes hacer, sino hacer creer que lo que sabes hacer es mejor que lo del otro y aprovechar que un posible cliente no dispone de vidas infinitas para visitar todo restaurante ubicado en el planeta Tierra. Y ahí nacen los galardones y premios endogámicos, las estrellas apagadas, los críticos snobs y los amigos bienintencionado con gustos pésimos a los que hicimos caso para después llevarnos una gran chasco.
Y la estrella Michelin es un ejemplo. Seguimos con interés cada año a los premiados, que reciben a nuestro entender el premio no a los mejores restaurantes, sino el premio a los restaurantes que mas gente querrá visitar desde ese día en proporción a la cantidad de estrellas recibidas. Creo que ninguno de los que vamos a comer a estos restaurantes premiados conocemos a quienes lo decidieron, ni cual es el criterio global capaz de unificar tan preciado galardón. Como ejemplo, el Lluerna tiene el mismo premio que este restaurante barato de Hong-Kong, Tim Ho Wan, y sin demeritarlo, es difícil entender que tiene uno que ver con el otro, o sea, que base homogénea hay para otorgarles una paridad de un supuesto criterio unificado. Y en caso que la elección sea claramente subjetiva, ¿porque debemos fiarnos de este criterio y no otro?. Y esa subjetividad, ¿es honesta?.
No es nuestra intención hacer de oráculo, sino mas bien autorreforzar nuestra independencia y recordar que elegir referentes también es un arte que hay que aprender desde un primigenio criterio propio. Cada quien escogerá los suyos, creará sus propios "premios" y su lista top que servirá de referencia a otros que creerán que estás en lo cierto, o que no tienes ni idea. En nuestra lista Top, no esta el Lluerna, y por supuesto no se llevará ningún Degustón de Oro.
A favor:
Indiferente: La comida
En contra: El cuarto de baño
En contra: El cuarto de baño
Gasto por persona: 66,50 € (4 menús presentación, 4 servicio de pan, 1 agua, 1 vino rioja tentenublo blanco, 4 cafés)
Fecha y hora: Sábado, 14:00 9-Abril-2016
Ocupación: Prácticamente lleno
Calidad servicio: Explicativo, profesional
Comida: Platos degustación
Tipo Comida: Moderna, tradicional mediterránea, de autor
Ambiente: Minimalista, cómodo, pocas mesas, elegante
Ambiente Musical: Música ambiental volumen muy bajo
Ambiente: 2,75/5 Comida: 3/5 Servicio: 3/5 Calidad/Precio: 2/5
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