Nombre: La Mundana
Teléfono: 934.088.023
Horario: Martes a Jueves, 13 a 15:30, 20 a 23:30h.; Viernes y Sábado 13 a 16; 20 a 24 h.
Entre Les Corts y el Barrio de Sants encontramos este pequeño local, autodenominado vermutería gastronómica. Basan su oferta en platos para compartir e inspirados en sabores japoneses, franceses y mediterráneos. Como vermutería también ofrecen una amplia variedad de esta bebida tan arraigada en Catalunya, y típica de los aperitivos que se toman como preámbulo a una comida o cena.
Para comenzar explicar que el local es pequeño, con pocas mesas y bastante estrechas. Conviene reservar a no ser que en lugar de comida o cena solo pretendas tomar el aperitivo en la barra. La decoración es rústica, pero elegante. El único péro es el tamaño del lugar que se asemeja más al de un bar que a lo que podríamos entender por restaurante. Igualmente, a pesar de la estrechez en general no te sientes incómodo.
Sobre la comida enumerar lo que probamos:
-1 banderilla (3,20€)
-2 cucuruchos de ensaladilla (3,80€ unidad)
-1 patatas bravas (6,50€)
-2 buns de rabo de toro (4,80€ unidad) y 2 buns de anguila (4,80€ unidad)
-1 arroz de cap i pota con anguila (14,00€)
-1 canelón de peus de porc (11,50€)
A parte de esto, en un momento de la comida te preguntan si quieres su pan con mantequilla ahumada (3,80€), que en nuestro caso si probamos. Para finalizar y como postre el Choco-Yuzu, una tierra de chocolate con helado (7€) y el Baba al Ron a la Brasa, un bizcocho esponjoso con a nuestro entender exceso de sabor dulce, nata con virutas de limón y ron que no se notaba apenas (6,50€). Para beber 1 copa de vermut añejo La Comedia (4,00€), 1 copa de vino tinto reserva LaCuesta (4,50€) y 1 agua (1,50€).
Visualmente atractivo en cuanto a presentación, algunos platos nos parececieron mejores que otros. A nuestro entender sobre todo notamos que debido a esa fusión que pretenden, en algunos platos no respetan el producto al tener exceso de contrastes y aliños o salsas, que acaban por eliminar el sabor del producto principal como por ejemplo en el arroz o en el canelón.
Tal vez lo mejor sus bravas, ricas e interesantes en cuanto a sabores (pimentón, allioli de ajo negro, allioli ahumado). En cambio el cucurucho no tiene nada a destacar, siendo una ensaladilla rusa sin contrastes de sabores, muy plana. Igual la banderilla. Apenas se nota el sabor de los encurtidos. Parece que solo sabe a aceite, sin el agrio del vinagre.
Comentar también que las raciones resultan un tanto escasas para compartir, sobre todo cuando en carta no ponen que contiene cada plato. Por ejemplo los buns son por unidad, los cucuruchos también, en cambio las bravas como se puede ver en la foto son dos.
También en los integrantes del blog discrepamos sobre el lugar, ya que diferimos en algún plato en cuanto a si nos gustó a no. Por ejemplo el Bun de rabo de toro. Rico y esponjoso para uno, simple y con poco sabor para el otro. Eso si, pequeño para ambos.
Por último, comentar sobre el servicio que sin ser malo, si nos pareció algo insistente, o al menos notamos que así lo eran en otras mesas respecto a tomar vino en vez de otras opciones mas económicas. Te hablan con un tono medio elitista, como si te miraran por encima del hombro, no de forma exagerada, pero al menos a nosotros no nos hacía sentir cómodos en algo que creemos debe ser relajado como es una cena. Como anécdota, decir que comentamos que un plato no nos gustó tras preguntar ellos que tal todo, y bueno, no hay otra respuesta que a mi si me gusta ese plato... No es que esté mal, pero no parece que el interés sea conocer si al cliente le gusta lo que le están ofreciendo, sino como parte de un show en el que te van informando de los nombres y elaboraciones de cada plato mientras los sirven, eso si, mencionándolos con algo de desgana.
En resumen, un lugar que podría estar mejor, pero que lo lastra el precio respecto a las cantidades y una cocina con algunas lagunas que al menos a nosotros nos defraudó en cuanto expectativas gustativas mientras que la presentación realmente si estaba bastante bien. En definitiva, un servicio y un concepto que no pretende ser mundano y que sinceramente para nosotros se queda en fallido.
A favor:
Para comenzar explicar que el local es pequeño, con pocas mesas y bastante estrechas. Conviene reservar a no ser que en lugar de comida o cena solo pretendas tomar el aperitivo en la barra. La decoración es rústica, pero elegante. El único péro es el tamaño del lugar que se asemeja más al de un bar que a lo que podríamos entender por restaurante. Igualmente, a pesar de la estrechez en general no te sientes incómodo.
Sobre la comida enumerar lo que probamos:
-1 banderilla (3,20€)
-2 cucuruchos de ensaladilla (3,80€ unidad)
-1 patatas bravas (6,50€)
-2 buns de rabo de toro (4,80€ unidad) y 2 buns de anguila (4,80€ unidad)
-1 arroz de cap i pota con anguila (14,00€)
-1 canelón de peus de porc (11,50€)
A parte de esto, en un momento de la comida te preguntan si quieres su pan con mantequilla ahumada (3,80€), que en nuestro caso si probamos. Para finalizar y como postre el Choco-Yuzu, una tierra de chocolate con helado (7€) y el Baba al Ron a la Brasa, un bizcocho esponjoso con a nuestro entender exceso de sabor dulce, nata con virutas de limón y ron que no se notaba apenas (6,50€). Para beber 1 copa de vermut añejo La Comedia (4,00€), 1 copa de vino tinto reserva LaCuesta (4,50€) y 1 agua (1,50€).
Visualmente atractivo en cuanto a presentación, algunos platos nos parececieron mejores que otros. A nuestro entender sobre todo notamos que debido a esa fusión que pretenden, en algunos platos no respetan el producto al tener exceso de contrastes y aliños o salsas, que acaban por eliminar el sabor del producto principal como por ejemplo en el arroz o en el canelón.
Tal vez lo mejor sus bravas, ricas e interesantes en cuanto a sabores (pimentón, allioli de ajo negro, allioli ahumado). En cambio el cucurucho no tiene nada a destacar, siendo una ensaladilla rusa sin contrastes de sabores, muy plana. Igual la banderilla. Apenas se nota el sabor de los encurtidos. Parece que solo sabe a aceite, sin el agrio del vinagre.
Comentar también que las raciones resultan un tanto escasas para compartir, sobre todo cuando en carta no ponen que contiene cada plato. Por ejemplo los buns son por unidad, los cucuruchos también, en cambio las bravas como se puede ver en la foto son dos.
También en los integrantes del blog discrepamos sobre el lugar, ya que diferimos en algún plato en cuanto a si nos gustó a no. Por ejemplo el Bun de rabo de toro. Rico y esponjoso para uno, simple y con poco sabor para el otro. Eso si, pequeño para ambos.
Por último, comentar sobre el servicio que sin ser malo, si nos pareció algo insistente, o al menos notamos que así lo eran en otras mesas respecto a tomar vino en vez de otras opciones mas económicas. Te hablan con un tono medio elitista, como si te miraran por encima del hombro, no de forma exagerada, pero al menos a nosotros no nos hacía sentir cómodos en algo que creemos debe ser relajado como es una cena. Como anécdota, decir que comentamos que un plato no nos gustó tras preguntar ellos que tal todo, y bueno, no hay otra respuesta que a mi si me gusta ese plato... No es que esté mal, pero no parece que el interés sea conocer si al cliente le gusta lo que le están ofreciendo, sino como parte de un show en el que te van informando de los nombres y elaboraciones de cada plato mientras los sirven, eso si, mencionándolos con algo de desgana.
En resumen, un lugar que podría estar mejor, pero que lo lastra el precio respecto a las cantidades y una cocina con algunas lagunas que al menos a nosotros nos defraudó en cuanto expectativas gustativas mientras que la presentación realmente si estaba bastante bien. En definitiva, un servicio y un concepto que no pretende ser mundano y que sinceramente para nosotros se queda en fallido.
A favor:
Indiferente:
En contra: El tamaño de algunas raciones
En contra: El tamaño de algunas raciones
Gasto por persona: 44,65 € (8 platillos o unidades, 2 platos principales, 2 postres, 1 vermut, 1 copa de vino, 1 agua y pan)
Fecha y hora: Viernes, 20h. 16-Septiembre-2017
Ocupación: Vacío al llegar (acababan de abrir), medio lleno al salir
Calidad servicio: Elitista, desganado
Comida: Buena presentación, escasa
Tipo Comida: Tapas creativas, para compartir
Ambiente: Rústico, moderno, pocas mesas, comer en barra
Ambiente Musical: Música variada algo fuerte
Ambiente: 3,13/5 Comida: 2,75/5 Servicio: 2,75/5 Calidad/Precio: 2/5
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